sábado, 3 de noviembre de 2018

Ilustraciones

UN HOMBRE NUEVO VISTIENDO ROPAS VIEJAS
Hace algunos años dio su testimonio en una de nuestras reuniones un hombre que había
caído muy bajo, pero que había sido transformado maravillosamente por el evangelio.
El mismo decía que se desconocía. Decía que era un hombre nuevo en un traje viejo. Y
decía la verdad.
Vi un aviso que decía más o menos así: "Si quiere que la gente lo respete, vista bien."
Esa es la idea que tiene el mundo acerca del respeto del mundo. ¡Qué absurdo! Un
leproso puede vestir bien, pero seguirá siendo leproso. Una mera profesión no ha de
transformar a un hombre. Es la nueva naturaleza de que se nos habla en 2ª Corintios,
capítulo 5, versículo 17: "Si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas
pasaron, he aquí todas son hechas nuevas."

NUESTRA ESPERANZA
Una hermosa niña de quince años se enfermó repentinamente, quedando casi ciega y
paralizada. Un día escuchó al médico de cabecera, mientras le decía a sus padres: -
Pobre niña; por cierto que ha vivido ya sus mejores días.
- No, doctor - exclamó la enferma-, mis mejores días están todavía en el futuro. Son
aquellos en los cuales he de contemplar al Rey en su hermosura. Esa es nuestra
esperanza. No seremos aniquilados. Cristo resucitó de entre los muertos como garantía
de que nosotros también resucitaremos. La resurrección es el gran antídoto contra el
temor de la muerte. Nada puede reemplazarla. Las riquezas, el genio, los placeres
mundanales, no nos pueden traer consuelo en la hora de nuestra muerte. El Cardenal
Borgia exclamó al morir: - ¡En mi vida he preparado para todo menos para la muerte y
ahora, ¡Ay de mí!, no me encuentro listo!
Comparemos estas palabras con las de uno de los primeros discípulos: "Estoy cansado.
Quiero dormir. Buenas noches." Estaba seguro de despertar en una tierra mejor.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Serie: Mandamiento Bíblico

Estos son los animales que comeréis,   no comeréis éstos:”, v. 2-3. Levítico 11. 1-8, 43-47; 1 Timoteo 4, 3-4. Leer. En Levítico 11 tene...