Lo Que Preguntan?
¿Es posible que yo pueda perder mi salvación?
La palabra de Dios enseña que una vez salvos, somos para
siempre salvos. Existe mucha evidencia bíblica que demuestra este hecho. De
entre esa mucha evidencia, permítame citar solamente tres pasajes bíblicos.
- Juan
10:27-29 dice: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me
siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las
arrebatará de mi mano. Mi padre que me las dio, es mayor que todos, y
nadie las puede arrebatar de la mano de mi padre."
Si Usted ha recibido a Cristo como su Salvador personal,
ha llegado a ser un hijo de Dios y también una oveja de Cristo. Imagine cuánto
le ama su pastor que estuvo dispuesto a morir por Usted. Como oveja del rebaño
de Cristo, entra a disfrutar de algunos beneficios. Este texto cita al menos lo
siguiente: Es conocido por Cristo. Qué importante es en nuestra sociedad el ser
conocido de algún personaje importante. Bueno, como hijo de Dios, Usted es
conocido de Cristo. Siendo ese el caso, nada ni nadie puede hacer algo contra
Usted sin el consentimiento de su pastor.
Además, dice el texto que el pastor le da vida eterna.
No dice que le dará vida eterna si no peca o si se mantiene fiel hasta el
final. Nada de esto. El texto dice simple y llanamente que el pastor, le otorga
vida eterna cada instante de su existencia por la eternidad. Otra forma de
decir que nadie puede quitarle la vida eterna. Por eso dice el mismo texto que
las ovejas del pastor que es Cristo no perecerán jamás. Esto sería suficiente
garantía para sentirnos seguros de nuestra salvación, pero el pastor va más
allá en su afán para que esté seguro de su salvación eterna.
El texto dice que está en la mano del pastor y por
tanto, no existe nadie que pueda arrebatarlo de allí en contra de la voluntad
del pastor. Si hubiera alguien más fuerte que Cristo podría arrebatarle de la
mano de Cristo. Pero ¿quién puede ser más fuerte que Cristo? Absolutamente
nadie. Y más aún, además de estar en la mano de Cristo estamos también en la mano
del Padre. Cristo y el Padre nos sostienen en su mano. Por eso nuestra
salvación está garantizada por la eternidad.
- Veamos
ahora un segundo texto. Hebreos 10:14 dice: "porque con una sola
ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados."
Los santificados de quienes habla este texto, somos
todos aquellos que hemos recibido a Cristo como nuestro Salvador. Esta
santificación no fue por mérito propio sin porque confiamos en Cristo como
nuestro Salvador quien se ofreció a sí mismo por nosotros. Pero note la
excelencia de ese sacrificio de Cristo.
El texto leído dice que la ofrenda de sí mismo hizo
perfectos para siempre a los que hemos creído en él. Perfectos para siempre es
otra forma de decir: salvos por la eternidad. De modo que, si Usted ha confiado
en Cristo como su Salvador, ha sido hecho perfecto para siempre. No existe la
más mínima posibilidad de perder su salvación.
- Por
último consideremos un tercer texto. Romanos 8:37-39 dice: "Antes, en
todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni
principados, ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto, ni
lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de
Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro."
Casi nada se puede añadir a la contundencia en favor de
la seguridad de la salvación de este pasaje bíblico. Si Usted ha recibido a
Cristo como Salvador, nada ni nadie, ni Satanás, ni sus demonios, ni siquiera
Usted mismo puede hacer que se separe del amor de Dios. La salvación es eterna.
Si existiera la posibilidad de que se pierda, no se podría hablar de una
salvación eterna.
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