Serie: Mandamiento de la Biblia
“SEA
LA LUZ”, v 3.
Génesis
1. 1-31. Leer.
Existe
una vieja regla, muy conocida entre los estudiantes de la Biblia, que
comúnmente se llama "la ley de la primera mención". Sostiene que en
la primera referencia bíblica a cualquier tema, ya sea una persona, un lugar,
una doctrina o un tema, generalmente hay alguna indicación de lo que puede ser
revelado posteriormente sobre ese tema en particular. Y Cuán cierto es eso
aquí.
Este
es el primer mandamiento en nuestra Biblia, y aquí también está la primera
referencia a la luz. Hay una clara insinuación tanto de la soberanía como del
carácter de Dios. ¿Qué autoridad poderosa es esta que convoca la luz de la
oscuridad primigenia y luego crea el sol, la luna y las estrellas para ordenar
esa luz en los cielos para el bien y el bienestar de las criaturas? Siglos más
tarde, cuando, en la maravilla de la encarnación, el Creador se hizo carpintero
en su propio mundo, sus discípulos exclamaron: "¿Qué clase de hombre es
éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?", Marcos 4. 41 ¡El hombre
de Galilea era Dios!
Este
es el poder que, hoy, se manifiesta en los triunfos del Evangelio, para que
Pablo pueda escribir: ' Porque
Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que
resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la
gloria de Dios en la faz de Jesucristo”.
2 Cor. 4. 6.
Todo
esto está de acuerdo con Su misma naturaleza: ' Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él', 1 Juan 1. 5. Es Su naturaleza, y se
ha convertido en uno de Sus muchos títulos, de modo que Juan Bautista, el
heraldo y precursor del Salvador, podría decir que había venido, 'para dar
testimonio de la Luz... la Luz verdadera' Juan 1, 7-9.
Entonces,
como fue al principio, así será en la ciudad celestial, la nueva Jerusalén.
"La ciudad no tiene
necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la
ilumina, y el Cordero es su lumbrera",
Apocalipsis 21. 23.
Hoy
en día, a los que profesan amarle, les incumbe "andad como hijos de la luz
... y no tener comunión con las obras infructuosas de las tinieblas", Ef.
5. 8,11. Mientras estaba aquí, era la luz del mundo, Juan 9, 5, pero ahora se
ha ido, dice a los suyos: "Vosotros sois la luz del mundo", Mat.
5.14. Brillemos por Aquel a quien amamos.
Precious
Seed, Traducido.
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