viernes, 19 de noviembre de 2021

Serie: Mandamiento Bíblico

 “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio”, v.16.

Éxodo 20. 16; Colosenses 3. 9-11. Leer.

El Señor Jesús dijo del diablo, 'es un mentiroso, y el padre de mentira', (Juan 8. 44). En el Edén, habiendo ya sembrado semillas de duda, procedió a decirle a Eva una mentira descarada: 'no moriréis'. Los que siguen su ejemplo "son de su padre el diablo" y compartirán su condenación, porque "todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre", (Apocalipsis 21.8). La lengua mentirosa 'se encuentra entre las siete cosas que el Señor aborrece, (Prov. 6. 16-19). ¡Eso es lo que lo hace tan serio!

A veces, las mentiras se dicen para beneficio personal. Al intentar preservar sus vidas, Abraham y Sara conspiraron para engañar, (Génesis 20. 10-13). Un día, Sara dijo una mentira para cubrir su vergüenza, (Génesis 18. 13-15). Giezi dijo mentiras para enriquecerse y una mentira más para encubrir sus acciones; inevitablemente, una mentira lleva a otra, (2 Rey. 5. 20-27). Ananías y Safira mintieron, presumiblemente para aparentar una aprobación que no merecían, (Hechos 5. 1-11). ¡Estas cosas todavía ocurren hoy! Las mentiras se cuentan para la autoconservación, o para salvar las apariencias, como herramientas de la codicia o para impresionar.

En otras ocasiones, la gente dice mentiras para dañar a otros, y este es el enfoque principal del mandamiento noveno. José estuvo prisionero durante años porque fue calumniado, (Génesis 39. 7-20. Los comentarios difamatorios le costaron a Mephiboseth sus posesiones, (2 Sam. 16. 4). A menudo, Pablo fue citado erróneamente en un intento deliberado de desacreditarlo, (Rom. 3. 8). Tal difamación es espantosa y vale la pena observar que en el Nuevo Testamento la palabra traducida como "calumniador" o "acusador falso" es exactamente la misma palabra que se traduce como "diablo". Una campaña de difamación es obra de Satanás y por eso se le dijo a Tito que instruyera a las mujeres mayores que no deben ser  “calumniadoras”, Tito 2, 3.

Una mentira se puede disfrazar como una verdad a medias, una exageración o una insinuación, y por eso se nos instruye que desechemos “la mentira", Ef. 4. 25. Pablo argumenta que, dado que "somos miembros unos de otros", sería totalmente inapropiado engañarnos unos a otros. En el pasaje correspondiente de Colosenses, muestra que la mentira era una característica del "viejo hombre" que se pospuso en la conversión, “No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos” (Col. 3. 9). Idealmente, la salvación ha convertido al mentiroso en un hombre honesto. Que eso sea cierto en la realidad.

Precious Seed. Traducido.

www.preciousseed.org

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