martes, 27 de marzo de 2018

SAN PABLO A LOS GÁLATAS


INTRODUCCIÓN A LA EPISTOLA  DEL APÓSTOL SAN PABLO  A LOS GÁLATAS
Hay muchas opiniones respecto a cuándo fue escrita esta epístola. Unos proponen que ha de ligarse al concilio en Jerusalén, pues es la misma discusión (Hch. 15:5) que forma el fondo de esta carta.
De ser esto así, además de ser la primera carta de Pablo, ésta fue escrita a su fruto en Cristo en la región de Tarso (Hch. 9:30), Siria y Cilicia (1:21), de donde fue traído por Bernabé a Antioquía (Hch. 11:25) antes de que fuera separado por el Espíritu como misionero (Hch. 13:2).
Esto explicaría en parte por qué hay tanto dato biográfico, pues estarían muy familiarizados con los primeros años del apóstol después de su visión que le manifestó el llamado del Señor (Hch. 26:15-18).
El estudio de esta epístola puede ser encaminado hacia tres objetivos:
1. La biografía de Pablo
2. La autoridad de Pablo como apóstol
3. La defensa del evangelio frente al judaísmo
Hay algunas palabras claves que subrayar en esta carta, que son: evangelio, de Cristo, Espíritu, crucificar (y sus derivados), etc.
Como bosquejo de la carta presentamos el siguiente:
ANTECEDENTES BIOGRÁFICOS
1. Su apostolado Cap. 1:2-5
2. Su evangelio Cap. 1:6-10
3. Su formación Caps. 1:11-2:10
4. Sus argumentos Cap. 2:11-21
CONTRASTES Y ALEGORÍAS
1. Las obras de la ley
El oír con fe Cap. 3:1-5
2. La ley y la promesa Cap. 3:6-18
3. Esclavos y herederos Caps. 3:19-4:7
4. El celo de un progenitor
El celo de un perturbador Cap. 4:8-20
5. Sara y Agar Cap. 4:21-31
CARACTERÍSTICAS DEL HIJO
1. Firme en la libertad Cap. 5:1-15
2. Andando en el Espíritu Cap. 5:16-24
3. Viviendo por el Espíritu Caps. 5:25-6:10
4. Gloriándose en la cruz Cap. 6:11-18

INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE ABDÍAS


INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE ABDÍAS
LA visión de Abdías forma el libro más pequeño del Antiguo Testamento y se ocupa de los descendientes de Esaú, hermano de Jacob. Podemos distinguir tres partes en su mensaje:
1. La destrucción de Edom. (vs. 1-9)
2. La razón de su castigo.  (vs. 10-16)
3. Un contraste entre el juicio de Dios sobre Jacob y Esaú.  (vs. 17-21)
No hay datos suficientes para fijar con exactitud quién era Abdías o cuándo profetizó, pero su mensaje es muy actual ya que puede hablarnos del hombre de hoy que vive confiado en su grandeza.
Abdías 1-21 “¿QUIÉN ME DERRIBARÁ A TIERRA?”
Edom era un pueblo que vivía en una zona montañosa que presentaba una fortaleza natural impenetrable, de allí su confianza (vs. 3,4).
Sea esto una advertencia al hombre que se siente seguro de sí mismo, pues más grande que el hombre es Dios (vs. 8,9).
El hombre es muy propenso a juzgar a su hermano y la advertencia de Abdías (v. 15) tiene eco en la de Pablo en Romanos 2:1-11; y un paralelo en las palabras de Cristo (Mt. 7:12).
La diferencia entre Jacob y Esaú no estaba en cuánto habían pecado sino en cuál había sido su reacción a las promesas de Dios. Jacob las buscó mientras que Esaú las despreció.
Dios, viendo el deseo de Jacob, lo sometió a disciplina hasta que aprende obediencia y al fin queda un remanente (v. 17). De Esaú no queda ni un rebusco (v. 5).
Si “el reino será de Jehová” (v. 21), más vale ser su súbdito desde hoy. ¿No cree Ud.?


CASIODORO DE REINA (2)


Una cita bíblica nunca falta en las meditaciones. De hecho son meditaciones basadas en la Biblia. Es saludable parar mientes para recordarnos de los sacrificios y trabajos hechos por los traductores de ella pues dedicaron años de servicio para dejarnos este valioso libro en nuestras manos. 

“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.” Juan 5:39

El traductor de la Biblia al español fue Casiodoro de Reina. Era un religioso de origen español que se convirtió en un convento. Fue perseguido y huyó de su patria para dirigirse a Londres donde trabajó entre españoles desterrados. Por doce años hizo su trabajo de la traducción de la primera Biblia en español conteniendo tanto el Antiguo como el Nuevo Testamentos. Fue impresa en Basilea, Suiza, en 1569.

Con su trabajo, Casiodoro de Reina dio mayor impulso a este renacimiento bíblico, no sólo dentro de la iglesia evangélica, sino también en la iglesia católico-romana. Hoy hay nuevas y grandes campañas para la difusión y estudio de la Biblia. Además de su labor como traductor, Casiodoro de Reina se distinguió en el campo de la distribución de las Sagradas Escrituras. Menéndez y Pelayo dice que “el 6 de Agosto de 1569, Casiodoro envía a Estrasburgo – por medio de Bartolomé (Vesakio), cuatro grandes toneles de Biblias, para que Huber los recoja con el objeto de  introducirlos en Flandes y desde allí a España.

La venta de la Biblia no era muy buena, pero no se desalienta; continúa adelante y se lanza a la tarea de buscar ayuda de otras personas para impulsarlas”. No obstante los temores de Casiodoro de Reina por la persecución de su traducción para destruirla, la Biblia alcanzó amplia distribución desde un principio, pues no sólo se distribuyó en Londres, Suiza, España, etc., sino que cruzó los mares y llegó después a América.

Don Pedro Enríquez Ureña en su obra: La Cultura y las Letras coloniales en Santo Domingo, afirma que en 1601, 32 años después de publicada la primera edición, fueron quemadas 300 Biblias en la Plaza de Santo Domingo, República Dominicana. La Biblia de Reina nació en los siglos de oro de la literatura castellana, época que se distinguió por la belleza literaria, la cultura y el contenido espiritual que atesoraba. Casiodoro de Reina plantó la semilla hace más de cuatro siglos. Hoy, su trabajo ha fructificado tanto, que cubre al mundo hispano de un extremo a otro.

Muere Casiodoro de Reina el 14 de Marzo de 1594, en Fráncfort, Alemania, cuando contaba 74 años de edad; pero su obra queda y sigue proporcionando luz a los que se acercan a beber en sus páginas las enseñanzas del amor de Dios a la humanidad. La primera revisión apareció en 1602, hecha por Cipriano de Valera. De ahí la versión que usamos es conocida por la RV, o sea, la Reina Valera.
Con mucho aprecio honramos la memoria de estos hombres que tanto hicieron para el bien del  pueblo de Dios. Pablo dijo a Timoteo, “desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.” 2 Timoteo 3:15. –Sociedad Bíblicas. /Davis A. Jones.

CASIODORO DE REINA (1).


A nivel de la nación y de la familia gozamos de bendiciones múltiples. Algunos nacionales dieron su vida para conseguir la libertad que hoy disfrutamos. Nuestros padres se sacrificaron para darnos educación y bienes materiales. Es saludable recordarlo Y, ¿qué de nuestra Biblia que tanto nos sirve en español? 

“La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos;… y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hebreos 4:12.

Las citas bíblicas usadas en las meditaciones son sacadas de la versión Reina-Valera, 1960. Quizás el nombre de Casiodoro de Reina no sea conocido por algunos, pero era un clérigo que abandonó su patria y su religión para entregarse a otra patria y también entregarse a Cristo. Hay muchos que tienen en Casiodoro de Reina al hombre más ilustre nacido en la patria de Cervantes: España. Tan discutido personaje reunió en su carácter toda la reciedumbre de su raza, haciendo de él un escritor de marcados perfiles revolucionarios. Allá, cuando monje, un día leyó la Biblia, y desde entonces la amó.

Colgó los hábitos y abrazó la fe como la presentaba este libro amado. Perseguido, huyó a Londres, donde se convirtió en guía espiritual de refugiados españoles. Esa primera lectura de la Biblia le hizo comprender que por ningun motivo el libro sagrado debía permanecer bajo llave y en una lengua desconocida para el pueblo. Fue entonces cuando se dio la ardua tarea de verterlo al idioma común: al castellano.

Después de huir a Londres, transcurrieron 12 largos años de constante trabajo, antes de terminar lo que sería la primera traducción completa de la Biblia al castellano. Fue una traducción directa de los idiomas originales el hebreo y el griego. Otros lo habían intentado antes, pero sólo lograron traducir el Nuevo Testamento. Francisco de Encinas fue uno de los primeros. Casiodoro de Reina figura en la historia como traductor de la Biblia. Cabe la pregunta, ¿qué le movió a echarse a cuesta tan magna obra?

En primer lugar, cuando en el convento empezó a leer la Biblia, comprendió la necesidad del pueblo de poseer tan rico tesoro. Luego, cuando pasó a Londres y actuó como guía de almas, descubrió que la Palabra de Dios era alimento indispensable en el desarrollo de la iglesia.

Ese amor a la humanidad le conmovió para realizar semejante trabajo. De Reina ponía gran celo en traducir con toda fidelidad el mensaje de la Biblia. Confiesa haber buscado apoyo en otras versiones como la de Santes Pagnino, que a su juicio, era la más pura habida en su tiempo.

Es tan fácil conseguir una copia de la Biblia hoy que a veces nos olvidamos de los grandes sacrificios hechos por otros para que la tengamos a nuestro alcance. ¿Tienen importancia las Escrituras? Jesucristo contesta: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” Juan 5:39 – (Continuará) Sociedades Bíblicas/David A Jones

lunes, 19 de marzo de 2018

Bosquejos Bíblicos.


Juan, en su Evangelio, el aprecia la amistad entre el creyente y Cristo:
3:29 - Juan el Bautista, "el amigo del esposo... se goza grandemente de la voz del esposo".
11:11- "nuestro amigo Lázaro duerme".
15:13-15 "Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando..."
... En su 3ra Epístola, Juan aprecia la amistad entre creyentes: 15 - "Saluda tú a los amigos, a cada uno en particular [Griego: a cada uno por su nombre]".
Creyente, cultiva tu amistad con Cristo, y con otros creyentes, ¡no con el mundo! "El que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios", Santiago 4:4.



El Vocabulario de la Vestimenta de la Mujer Cristiana.
"(v. 9) las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, (v. 10) sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad". – 1 Timoteo 2:9-10.
Empecemos al final del v. 10: “como corresponde a mujeres que profesan piedad”. “Profesan”, es lo que estas ...mujeres **dicen ser**, y la palabra misma implica una declaración pública, de manera abierta y enfática (Louw-Nida). Habrá una correspondencia entre lo que **dices ser**, y la manera en que te vistes.
“Piedad”, viene del Griego “theosebeia”: “theo” [de Dios], y “sebo”, [adoración, o temor reverencial]. O sea, **si dices** en el trabajo, la escuela, ¡o en tu perfil en Facebook!, que eres Cristiana, has anunciado que adoras a Dios y le tienes temor reverencial. Si esto es cierto, querrás vestirte de la manera prescrita aquí.
Si no te nace tenerle temor reverencial a Dios, es entendible por qué razón no te interesa este tipo de vestimenta, pero sí te suplico que pienses seriamente en tu condición espiritual. Pablo dice de los que no son creyentes que “no hay temor de Dios delante de sus ojos”, Romanos 3.18. No temen a Dios porque no son salvos.
Si eres salva, te vestirás pensando más en Dios que en cualquier otra persona. Antes de salir mañana por la mañana, pregúntate: "Lo que me voy a poner hoy, ¿agrada a Dios?".

Notas de: Apuntes de  D R. Alves

sábado, 17 de marzo de 2018

Naamán, ¿un hombre convertido?


Personajes del Antiguo Testamento.        N° 34.

Héctor Alves, 1896-1978.
Parte de una serie publicada mayormente
 en los años 1970 en la revista Truth & Tidings

Naamán, ¿un hombre convertido?

2 Reyes capítulo 5 narra que Naamán dijo: "Conozco que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel", y: "De aquí en adelante tu siervo no sacrificará holocausto ni ofrecerá sacrificio a otros dioses, sino a Jehová". Sin embargo, hay diferencia de criterio sobre si él buscó a Dios y al judaísmo.
Una profesión de creer y los buenos propósitos no son la fe salvadora. Sin duda Naamán era sincero en lo que dijo, y sin duda estaba convencido de la superioridad de Dios sobre todos los dioses. Su testimonio fue claro y sus intenciones buenas, pero con todo hizo concesiones. Dijo en el v. 18: "En esto perdone Jehová a tu siervo: que cuando mi señor el rey entrare en el templo de Rimón para adorar a él, si yo también me inclinare …" Al hacerlo, sería culpable del pecado de la idolatría, que en realidad es negar a Dios.
Nunca leemos que Naamán haya confesado a Dios al volver a Siria; quizás no estaba dispuesto a arriesgar su posición al negar adorar al dios de los sirios. Si fue convertido al judaísmo, parece haberlo guardado del rey como un secreto, y siguió dispuesto a acompañarlo en sus prácticas idolátricas.
Más no sabemos; dejamos a Naamán allí.

La sunamita, una gran anfitriona

Esta mujer, cuya historia encontramos en 2 Reyes 4, parece haber sido marcadamente menor que su esposo, quien aparentemente era un agricultor acomodado. Era amistosa y hospitalaria. Eliseo venía regularmente a su pueblo en su circuito desde Carmel para ministrar la Palabra y hacer una obra pastoral. Él era un hombre quien, así como el Señor Jesús, tenía corazón para el individuo. En el capítulo 5 notamos su cuidado por la viuda, y aquí es solícito por su anfitriona bondadosa.
Ahora, un día él pasaba por Sunem donde "había una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese", 4.8. Al principio se quedaba para comer, pero esta mujer llegó a proponer a su esposo que hiciesen una cámara donde él podría reposar. Si la idea era de ella, no actuó en independencia de su esposo. Él respetaba sus anhelos y buen juicio, y también quería agradar al Señor. Estuvo de acuerdo con la propuesta a añadir una pieza para el uso del siervo del Señor. De allí la expresión que oímos a veces: "una cámara para los profetas". Desde luego, le favorecía a Eliseo contar con un lugar privado para meditación y oración. 
El profeta se familiarizó con el anexo y pidió a su siervo Giezi llamar a la señora. Creo que Eliseo estaba demasiado emocionado, así que mandó al siervo decir: "Has estado solícita por nosotros con todo este esmero; ¿qué quieres que haga por ti?"  A veces hoy en día los siervos del Señor son parcos en expresar agradecimiento, pero no así con este caballero.
Quizás Giezi dio el mensaje con cierta condescendencia, y posiblemente por esa razón ella pensaba que él quería decir que ella había tomado esta iniciativa con miras a recibir algo a cambio. Parecía estar ofendida. Lo que había hecho fue un servicio para el Señor y no una manera de beneficiarse a sí. La oferta de una palabra con el rey no le interesaba; ella no quería un acercamiento a Acab y Jezabel. No quería reconocimiento de los militares, ni un cargo para su marido. Con dignidad respondió: "Yo habito en medio de mi pueblo", y se retiró.
Esta mujer se destacaba por su conformidad. Su deseo era glorificar a Dios en el lugar donde Él la había puesto. Aun cuando ella se había retirado del salón, Eliseo quería mostrar su agradecimiento de alguna manera práctica, y parece que estaba pensando en alta voz al decir: "¿Qué, pues, haremos por ella?" Giezi mencionó que no tenía hijo, y sabemos el resultado: más adelante dio a luz, v. 17. Fue un galardón especial de parte de Dios.
Cada vez que Eliseo vino a Sunem él recibió una bienvenida personal de parte de esta mujer importante y de su hijo. Da la impresión que el visitante tenía mucho cariño para el chico. Un día, cuando tenía quizás ocho o nueve años,  su madre lo dejó salir a los campos con su padre, para estar con los segadores. Era día caluroso y a lo mejor él se había quitado su cubierta. El caso es que se enfermó repentinamente. "¡Ay, mi cabeza, mi cabeza!" exclamó. Lo llevaron a su madre, pero al mediodía falleció en sus rodillas. Fueron horas de angustia para ella, y es de imaginar que había hecho todo lo posible para salvarlo.
Entonces se acordó que Eliseo le había hablado de Elías y lo que hizo cuando se enfermó y murió el hijo de la viuda de Sarepta. Ha debido saber de esto, porque tomó a su propio hijo y lo puso sobre la cama del varón de Dios en el aposento alto; cerró la puerta y se salió, v. 21.
La mujer mandó a buscar al varón de Dios, pero Eliseo actuó de una vez sin consultar a Dios. Sentía que debía hacer algo, así que le prestó su báculo a Giezi y lo mandó a Sunem. Pero no bastó un sustituto, un báculo muerto. No podemos delegar el poder de Dios a otros.
Sin embargo, el varón de Dios entró, cerró la puerta y oró, v. 33. La oración eficaz del justo trae poder. Ahora es cuando sale a relucir el ejercicio del profeta por el individuo. Entra en juego el ministerio de este hombre, boca sobre boca, ojos sobre ojos, manos sobre manos, torso sobre torso. La oración y el ejercicio personal – el interés en cada cual como una persona y un alma necesitada --  y Dios dio el resultado.
El niño estornudó siete veces, señal de una obra divina. "Toma tu hijo", fue el mensaje humilde, poderoso y completo del varón de Dios para la mujer sobresaliente. La historia termina con un versículo corto, el 37, pero es impactante – tomó a su hijo y salió -- y hace ver cómo un alma ejercitada responde a una obra de Dios. He aquí la humildad, la gratitud y el propósito firme, pero ningún despliegue de la carne.
Dios honra a quienes le honran.


Elías, el profeta en la presencia de Dios


Personajes del Antiguo Testamento.        N° 33.

Héctor Alves, 1896-1978.
Parte de una serie publicada mayormente
 en los años 1970 en la revista Truth & Tidings

Elías, el profeta en la presencia de Dios

Contamos con cierta abundancia de detalle acerca del período de unos quince años en la vida de Elías tibita. Podemos resumir su historia en siete escenas: en pie ante Dios, sentado al lado de un arroyo, morando con un viuda, parado en el monte Carmelo, acostado bajo un árbol, parado al lado del Jordán, y en el monte santo con el Señor.
1.  Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, 1 Reyes 17.1.
La primera mención de este hombre singular hace entrever su carácter. Se presentó abruptamente, como de la nada, ante el rey Acab. Nuestra introducción a él es parecida a la de Melquisedec, por no decir nada de sus padres, nacimiento ni origen.
Las Escrituras asignan cierta importancia a los nombres, y por cierto Dios mismo dio algunos de ellos. El sentido de Elías es "Dios es Jehová" y también "fuerza de Jehová". No es tanto que Jehová lo haya fortalecido sino que Él mismo era la fuerza de este hombre. Vemos su fuerza aquí en la primera declaración que hizo; él le advirtió al rey que su proceder era impío.
2.  Fue y vivió junto al arroyo, 17.5. 
Elías desapareció tan súbitamente como se había aparecido ante Acab, y ahora lo encontramos en Querit. Quizás había dos razones porqué Jehová lo mandó: (a) para esconderse de Acab, y (b) para probarlo. Sería una verdadera prueba de la fe de Elías quedarse junto al arroyo, aparentemente por más o menos un año, y una experiencia humillante ser alimentado por aves inmundas, Levítico 11.15. Él ha podido razonar: "¿Por qué no una paloma? o un ángel?" Depender de un cuervo atentaba contra su dignidad. También ha podido dudar si iban a cumplirse sus palabras a Acab: "No habrá lluvia ni rocío".
Con el tiempo supo que sus palabras sí fueron cumplidas; el arroyo se secó porque no había llovido sobre la tierra. Obediente a la palabra de Dios, Elías había sido atendido bien en Querit, los cuervos dejando caer su porción de comida dos veces al día. Sin embargo, ver al arroyo secarse poco a poco ha podido ser preocupante. ¿Los cuervos encontrarían "pan y carne" para darle de comer?  Beber del arroyo no dependió de ningún milagro, pero otra cosa sería un suministro continuo de sustento diario.
Es más sorprendente la próxima palabra de Jehová: "Levántate, vete a Sarepta".
3.  Yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente,  17.9.
Elías había aprobado la prueba en Querit, y ahora estaba ante otra que tenía algunos detalles más difíciles. ¿Cuáles habrán sido sus pensamientos en el viaje de más de doscientos kilómetros, a lo mejor sediento y hambriento, al terruño de Jezabel?
"Sarepta" quiere decir una refinería. Había hambruna por todos lados, y una viuda la sufriría entre los primeros. Él la vio recogiendo leña a la puerta de la ciudad, y pidió de ella agua potable y un poco de pan. Sin duda ella ya había recibido un mandamiento del Señor a mantener al profeta, y se daría cuenta de que Elías era israelita. Le contó su historia triste, suficiente para desanimar a cualquiera.
Fortalecido por su experiencia en Querit, él dijo: "No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida". La presencia del profeta en su hogar fue una bendición para la mujer, como ha sido el caso muchas veces desde aquel entonces. Le dio la primera comida, y Dios le dio muchas más a ella y a su hijo. No leemos que la tinaja haya sido llenada de harina de una vez, ni la vasija de aceite, pero había suficiente cada vez que hacían falta.
¿Por qué fue enviado Elías a una pobre viuda gentil? ¿Por qué un israelita se encontraba en el hogar de una que era ceremonialmente inmunda? Es evidente que esta mujer sabía algo del Dios verdadero, ya que usó el lenguaje: "Vive Jehová tu Dios", y: "varón de Dios". Una cosa es clara: Elías encontró en aquella tierra pagana un hogar que Dios había santificado. Este incidente le proveyó una ilustración al Señor Jesús cuando predicó en la sinagoga de Nazaret acerca del año agradable del Señor. Dijo en Lucas 4: "Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón".
4.  Acercándose Elías a todo el pueblo …, 18.21. 
Elías en el monte Carmelo es una de las escenas sobresalientes de su vida. Su experiencia en Querit y Sarepta lo capacitaría a enfrentar esta crisis. Las condiciones en Israel eran de las más deprimentes, y si él se hubiera fijado en las cosas visibles, a lo mejor se hubiera sentado debajo de un enebro en esta ocasión en vez de más adelante.
Nos anima verlo en Carmelo, oír lo que tenía que decir y considerar lo que hizo. Estaba en control en todo el episodio, y no se echó atrás. No temía a ninguna oposición porque sabía, en las palabras de otro, que si Dios estaba con él, ¿quién en contra? Elías no era ninguna caña cascada, sino más bien la fuerza de Jehová. Se les dio a ochocientos cincuenta profetas paganos la oportunidad de mostrar qué podían hacer. Luego Elías compuso el altar que estaba roto, compuso la leña ordenadamente, puso al buey sobre la madera y llenó de agua la zanja que estaba en torno del altar. Oró: "Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca el pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios".  
Entonces el fuego de Jehová cayó y todo fue consumido: el sacrificio, la leña, las piedras, el polvo y aun el agua en la zanja. Elías fue vindicado ante todo el pueblo, y ellos cayeron sobre sus rostros y clamaron: "¡Jehová es el Dios! ¡Jehová es el Dios!" Aprendemos de esto que nosotros también podemos confiar en el poder de Dios cuando andamos en sus sendas.
5.  Se sentó debajo de un enebro … Basta ya, oh Jehová, quítame la vida,
         pues no soy yo mejor que mis padres, 19.4. 
"Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras", Santiago 5.17. Así como la mayoría de los hombres, falló en su punto más fuerte: el coraje. Huyó de una mujer cuando lo amenazó. Su oración, "quítame la vida", no fue respondida porque su obra estaba incompleta. Es una coyuntura muy triste en la vida de un hombre cuyo nombre quiere decir la fuerza de Jehová. Es casi inconcebible que un varón que había triunfado en las pruebas de Querit y Sarepta, había resistido al rey y después retado a 850 profetas, ahora tiene miedo ante la rabia de una mujer.
¿Por qué se desanima y se deprime tanto ahora el hombre que hasta este punto había sido constante y firme en la obra del Señor? Quizás fue porque estaba mentalmente exhausto y físicamente gastado, o porque se había desviado de su campo de servicio, o porque pensaba que debía ser superior a sus antepasados. Ha podido ser obra de Satanás, por cuanto el desaliento es la mejor herramienta que él tiene. Sugerimos cuatro razones por esta falta de ánimo: fobia, fracaso, frustración y fatiga.
Elías quería morir, pero Dios había determinado llevarlo sin pasar por la muerte. Así que, encontramos que con dos buenos sueños y dos buenas comidas él estaba en la senda otra vez. Cuando Dios dijo: "¿Qué haces aquí, Elías?" se hizo evidente que  estaba donde no debía. No fue el viento, el fuego ni el terremoto, sino el silbo apacible que puso a Elías de nuevo en el camino del servicio.
El hombre que conoce a su Dios puede esforzarse y actuar, Daniel 11.32, y de repente se le va el desánimo. Pero Dios no deja una de estas personas a sus propios recursos, ni le rechaza. Más bien, pone el barro sobre la rueda una vez más, y hace otra vasija como Él quiere, Jeremías 18.4. Dijo Dios a Elías: "Vé, vuélvate por tu camino", y de nuevo lo encontramos ocupado en la obra de Dios.
6.  Ellos dos se pararon junto al Jordán, 2 Reyes 2.7
Cuando Elías entra en el escenario, aparece abruptamente. Esta vez, unos quince años más tarde, va al cielo en un torbellino.
En sus años finales Elías contaba con un compañero devoto en la persona de Eliseo, y Dios les había revelado a ambos que iba a quitar a Elías. Tres veces el menor dijo: "Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré", 2 Reyes 2.2, 4 y 6. Nos agrada ver tanta comunión hasta el final entre dos siervos del Señor. Elías siguió adelante hasta cruzar el Jordán a su terruño, porque quería estar allí al ser quitado. Algunos hermanos han expresado el deseo de dejar esta vida predicando el evangelio donde habían servido por años. Otros han pedido ser sepultados en el lugar donde más querían estar sirviendo al Señor. [El autor de este escrito no sabía que él mismo iba a partir a estar con Cristo temprano en el próximo día, habiendo dejado este artículo inconcluso].
Al haber cruzado el Jordán, Elías dijo: "Pida lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti", y Eliseo respondió: "Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí". Fue una aspiración noble. No pidió ni riquezas ni fama, pero sin duda tenía en mente que quería continuar como Elías había hecho. Por cuanto pidió lo que tan sólo Dios podía dar, Elías le dio una señal para poder saber si Dios había concedido lo que quería. Elías dijo: "Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fueres quitado de ti, te será hecho así; si no, no". Y Eliseo sí vio a su mentor ascender; él tomó el manto del profeta que había caído, y prosiguió donde éste había dejado su obra.
7.  Les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él, Mateo 17.3.
Esta contemplación de Elías es la más agradable para nosotros. Cayó su manto cuando subió al cielo, allí por la ribera del Jordán, pero ahora sin duda vestía uno más brillante en esta ocasión, porque Lucas relata que él y Moisés estaban rodeados de gloria.
A Elías le es dado acompañar al Señor en el Monte de Transfiguración. Moisés es un tipo de aquellos que son quitados por la muerte, y Elías de los que serán arrebatados sin morir. Hablaban del deceso, la partida, del Señor. Moisés había tenido el honor de ser sepultado por Dios mismo, mientras que Elías tuvo el honor singular de ser trasladado para no ver la muerte.
Pedro estaba en lo cierto al decir: "Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí", pero del todo errado al agregar: "hagamos tres enramadas". Tan pronto que lo dijo, estos dos desaparecieron del escenario. Posiblemente Pedro estaba bien motivado, pero puso al Señor Jesús en el mismo nivel que Moisés y Elías. Ha debido saber mejor.


Asaf, el salmista y vidente


                 Personajes del Antiguo Testamento.        N° 32


Héctor Alves, 1896-1978.
Parte de una serie publicada mayormente
 en los años 1970 en la revista Truth & Tidings

Asaf, el salmista y vidente

Es muy poco lo que se ha escrito sobre Asaf, posiblemente por la sencilla razón que las Escrituras revelan poco en cuanto a él, aparte de sus propios escritos. No obstante, lo consideramos un personaje digno de atención y queremos ver qué vino de su pluma.
Era levita, hijo de Berequías, y prominente como músico y escritor. Su nombre aparece en el encabezamiento de doce salmos: el 50 en Libro II, y del 73 al 83 en Libro III. David lo nombró para dirigir el coro en los servicios del santuario, y hay mención más adelante de sus hijos como cantores en el templo. Su nombre quiere decir "uno que recoge", y es evidente que Asaf recogió mucho espiritualmente. Vemos que era bien versado en las Escrituras como historiador, maestro y profeta.
Él no podía dirigirse a Dios como Padre, ni conocía la redención como nosotros la conocemos, ni tenía al Espíritu morando en él. Con todo, escaló alturas que bien intentaríamos nosotros. Vamos a considerar su espiritualidad, visión y legado.
Aprendemos de sus salmos que eran profundamente espirituales. Encontramos en el Antiguo Testamento poco que es más elegante que el Salmo 73; p.ej. "¿A quién tenga yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra". Estaba contento dejar que el mundo pasara, sin saber de ganancia ni pérdida. Dios era su todo para Asaf.
Notamos su humildad y el ejercicio genuino de alma: "Por poco resbalaron mis pasos". En seguida confesó su envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de los impíos. La duda se apoderó de él, pero entró en el santuario, y todo cambió.
Asaf recibió una visión renovada de Dios. Vio las cosas como Él las ve, y comprendió el fin de los impíos. Huyeron las dudas y el gozo llenó su alma; exclamó: "el acercarme a Dios es el bien". Si lo hubiera hecho antes, a lo mejor hubiera evitado la aflicción de alma que narra en este salmo. Pero, bien, pudo terminar con asegurarnos: "He puesto en Jehová el Señor mi esperanza".
Ahora, en cuanto a este hombre como profeta, leemos en 2 Crónicas 29.30: "El rey Ezequías y los príncipes dijeron a los levitas que alabasen a Jehová con las palabras de David y de Asaf vidente". Esto fue trescientos años después de su partida.
Conocemos a Asaf el salmista, pero no tanto a Asaf el vidente. 1 Samuel 9.9 explica: "... al que hoy se llama profeta, entonces le llamaba vidente". Un vidente era un hombre capacitado por Dios para ver acontecimientos futuros; su vista penetraba el velo que esconde las cosas divinas.
Asaf era uno de estos. Como Apolos en otra época, era poderoso en las Escrituras, y lo revelan los salmos que redactó. Comprendía eventos pasados y Dios le dio una revelación del futuro. En el Salmo 79 él declara: "Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad; han profanado tu santo templo; redujeron a Jerusalén a escombros". Esto sucedió más de cuatrocientos años después de su tiempo. En el último salmo atribuido a Asaf, el 83, encontramos varias declaraciones históricas y proféticas. Dicho sucintamente, los salmos de este hombre son doctrinales, históricos y proféticos.
Asaf está recordado por lo que dijo y escribió, así como algunos de nuestros hombres piadosos de generaciones pasadas son recordados por sus palabras de consejo que se citan a menudo. Imitemos su fe.
.

Héctor Alves, 1896-1978.
Parte de una serie publicada mayormente
 en los años 1970 en la revista Truth & Tidings


domingo, 11 de marzo de 2018

Benaía, el hombre formado por Jehová


Personajes del Antiguo Testamento.        N° 31.

Héctor Alves, 1896-1978.
Parte de una serie publicada mayormente
 en los años 1970 en la revista Truth & Tidings

Benaía, el hombre formado por Jehová

Nos dan tres sentidos del nombre Benaía: formado por el Señor, formado por Jehová  e hijo del Señor. Esto sugiere la fuente de su fuerza y la razón por su éxito en conflictos con los enemigos del pueblo del Señor. La biografía breve de este hombre bueno muestra qué puede hacer Dios con una sola persona. Benaía no estaba en nada intimidado por los que se oponían, al decir de Pablo a los filipenses. 
Era varón valiente, pero sabemos de sólo tres de sus hazañas, y están agrupadas en dos versículos: "Este mató a dos leones* de Moab; y él mismo descendió y mató a un león en medio de un foso cuando estaba nevando. También mató él a un egipcio, hombre de gran estatura; y tenía el egipcio una lanza en su mano, pero descendió contra él con un palo, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su propia lanza", 2 Samuel 23.20 al 22.
         * Versión Moderna de 1893: "dos campiones de Moab, fieros como leones"
Generalmente merecen atención la primera y la última referencia a un hombre. "Benaía hijo de Joiada estaba sobre los cereteos y peleteos", 2 Samuel 8.18. Veinte y ocho años más tarde, lo encontramos sobre todo el ejército de Salomón. Así como Sama, cae en el grupo descrito en Daniel 11.32: "El pueblo que conoce a Jehová su Dios se esforzará y actuará".
Primeramente, mató a dos hombres moabitas que eran como leones. A la sazón tres naciones en particular eran enemigos de Israel: los filisteos, amalecitas y moabitas. Los filisteos son un tipo del mundo religioso, los amalecitas un tipo de la carne y los moabitas un tipo del mundo en general. Estas naciones eran astutas en su agresión contra el pueblo de Dios, los israelitas. Dos hombres, campeones de Moab, feroces como leones, estaban resueltos a acabar con Benaía, quizás cayendo de sorpresa sobre él. No sabemos con qué armas contaban, ni qué usó él, pero cayeron ante Benaía. Nos enseña el apóstol: "Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe", 1 Juan 5.4. Benaía, "hecho de Dios" venció por fe en dos a estas dos figuras del mundo.
También quitó la vida a un león. Otro apóstol nos advierte: "Vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar", 1 Pedro 5.8. Posiblemente este león acechaba al pueblo y les infundía el temor de muerte. Benaía lo atacó donde sabía que lo encontraría: en su propia guarida. Le ha placido al Espíritu anotar que esto lo hecho en tiempo de nieve, recordándonos que "el tiempo de Dios no impide la obra de Dios". Se logran victorias por él en días nevados, literal y figurativamente. La mujer virtuosa de Proverbios 31 no tenía temor de la nieve por su familia. No le bastó a Benaía aniquilar a los dos moabitas; él se da cuenta de que el león también es enemigo del pueblo de Dios y debe sufrir la misma suerte. Nosotros como creyentes tenemos que contender con el mundo y con el diablo.
Este hombre mató a un egipcio también. Aparentemente el extranjero estaba aliado con los filisteos, así que tenía que morir. La Reina-Valera lo describe como de gran estatura y algunas otras traducciones como imponente. Efectivamente, 1 Crónicas 11.23 explica que era de unos 2,8 metros, pero esto no infundió miedo en nuestro protagonista "formado por el Señor".
Benaía contaba con sólo un palo. ¿Será que pensaba en David cuando mató a Goliat en Ela,
1 Samuel 17.40? Quizás su valor no tenía igual, salvo el de David con su cayado y honda. Benaía sacó el mayor provecho del recurso que tenía. No sabemos si usó su propio palo para matar al sujeto, pero la lanza de la otra sí.
Los moabitas, el león y el egipcio cayeron ante este hombre. La victoria sobre nuestro enemigo tripartito – el mundo, la carne y Satanás – está asegurada a todos aquellos que comparten el poder que lo impulsó a Benaía.


Sama, el hombre que se paró solo


Personajes del Antiguo Testamento.        N° 30.

Héctor Alves, 1896-1978.
Parte de una serie publicada mayormente
 en los años 1970 en la revista Truth & Tidings

Sama, el hombre que se paró solo

Aparentemente son cinco los Sama mencionados en el Antiguo Testamento, algunos sólo en listas de cronología:
ü  el hijo de Reul, Génesis 36.13
ü  el hijo de Isaí y hermano de David, 1 Samuel 16.9
ü  el hijo de Age, 2 Samuel 23.11, 12
ü  el harodita, 2 Samuel 23.25
ü  el ararita, 2 Samuel 23.33
Es llamativo que tres de los valientes de David hayan tenido el mismo nombre. Dos eran araritas, hombres de la montaña; tres figuran en el mismo capítulo.
Es el hijo de Age que nos interesa aquí. Su historia ocupa dos versículos: "Los filisteos se habían reunido en Lehi, donde había un pequeño terreno lleno de lentejas, y el pueblo había huido delante de los filisteos. El entonces se paró en medio de aquel terreno y lo defendió, y mató a los filisteos; y Jehová dio una gran victoria".
Esta pequeña narrativa es parte de las cosas escritas antes para nuestra enseñanza, a fin de que por la paciencia de las Escrituras tengamos esperanza, Romanos 15.4. No es difícil ver la lección. Tal vez no parezca gran cosa defender una parcela de granos, pero hay más en el relato que el ojo ve a primera vista. Para Sama fue una cuestión de principios. Él no buscaba provecho propio, sino la gloria de David. Los filisteos eran enemigos del pueblo de Dios; el terreno contenía alimento para los seguidores de David; así que, tenía que ser defendido, cualquiera el costo.
Sama no había recibido ningún encargo especial a defender esta parcela y su cosecha. El pueblo huyó, pero él se paró. Nos trae a la mente Efesios 6.13, 14: "habiendo acabado todo, estad firmes". Es lo que hizo Sama. El terreno con sus lentejas quizás no eran de mucho valor en la opinión de algunos, pero para él sí. Era terreno de David, y con esto bastaba; los filisteos no iban a tenerlo. Este era un Daniel – se paró solo.
No son pocos los hombres que se han dado por vencidos porque nadie les apoyaba, pero tenemos que tener presente que "el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará", Daniel 11.32. Pablo le instó a Timoteo a pelear la buena batalla de la fe y sufrir penalidades como buen soldado de Jesucristo. Que nosotros defendamos la verdad divina.


Barzilai, premiado por su lealtad


Personajes del Antiguo Testamento.        N° 29.

Héctor Alves, 1896-1978.
Parte de una serie publicada mayormente
 en los años 1970 en la revista Truth & Tidings

Barzilai, premiado por su lealtad

Barzilai no ocupa mucha narrativa en los Escritos Sagrados, pero trozos cortos lo proyectan como sobresaliente en su lealtad y liberalidad, y hablan también del galardón que recibió a manos de David. En 2 Samuel 17 leemos que era hombre muy rico, pero es evidente que era más que rico. 
Mientras David estaba firme en su trono y ningún hijo rebelde se levantaba para atentar contra su soberanía, no era difícil ser fiel al rey, pero la cosa era diferente cuando David "subió la cuesta de los Olivos, y la subió llorando", huyendo de su hijo rebelde Absalón. Ahora David no fue bien recibido dondequiera que fuera, sino rechazado. Ya no se cantaba: "Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles". En una época recibía el homenaje de diez de las tribus de Israel, pero ahora era un marginado, contando con solo un grupo reducido de seguidores, y no se sabía qué guardaba el futuro.
"El pueblo era hambriento, y cansado y sediento en el desierto", 17.29. David había venido con ellos a Mahanaim, el lugar de "dos huestes" donde más de setecientos años antes el ángel de Jehová se presentó a Jacob en su huida de Labán. David había tocado fondo cuando Sobi, Maquir y Barzilai lo encontraron y declararon claramente su apoyo. Sin duda habían oído de la suerte del rey, y vinieron voluntariamente por lealtad a él. El primero de ellos era descendiente de Amnón y el segundo había sido un amigo cercano de la familia de Saúl cuando David asumió el mando; Mefi-boset encontró abrigo en su casa. Lo único que sabemos del tercero, Barzilai, es que era galaadita, anciano y varón destacado.
Estos tres trajeron lo que sabían que David y sus hombres necesitarían; a saber, camas, utensilios y alimentos. No era poca cosa y David no olvidaría su labor de amor.
No leemos más acerca de los primeros dos en relación con esta liberalidad, pero Barzilai "pasó el Jordán con el rey, para acompañarlo al otro lado del Jordán", 19.31. Lo hizo a la edad de 80 años porque quería dar la bienvenida personalmente al rey en su regreso del exilio. Él se acordaría del reinado de Saúl y la victoria de David sobre el gigante en el valle de Ela, unos cuarenta años antes. Se acordaría también del trato de Saúl con David, y después el reinado próspero de este hijo de Isaí, y ahora en la vejez deseaba manifestar su lealtad al ungido de Dios.
David quería mostrar su gratitud, y le invitó al anciano acompañarle a Jerusalén y comer a su mesa, 19.33, pero éste declinó la invitación debido a su edad, y no por sentirse independiente. Quizás le impresionó la palabra conmigo en boca de David, y sin duda agradecería la invitación personal. Pero Barzilai no había dado con el ánimo de recibir, por mucho que merecía un galardón.
Su mente estaba clara aún, y se le ocurrió una alternativa. "Pasará tu siervo un poco más allá del Jordán con el rey; ¿por qué me ha de dar el rey tan grande recompensa?" Y agregó: "He aquí tu siervo Quimam; que pase él con mi señor el rey, y haz a él lo que bien te pareciere", vv 36, 37. Esto le agradó a David, y difícilmente podía negar la solicitud. Respondió: "Pues pase conmigo Quimam ..."
Debemos tener presente por cuánto tiempo David tuvo en mente lo que Barzilai había hecho por él. No sólo le asignó a Quimam un lugar delante de él en Jerusalén, sino también una residencia en la ciudad donde el rey había nacido, ya que leemos en Jeremías 41.17: "... habitaron en Gerut-quimam, que está cerca de Belén".
El criterio general es que Quimam era hijo de Barzilai, una opinión que está fortalecida por la carga de David a Salomón acerca de Joab: "No dejarás descender sus canas al Seol en paz", a lo cual añadió: "Mas a los hijos de Barzilai galaadita harás misericordia, que sean de los convidados a tu mesa; porque ellos vinieron de esta manera a mí, cuando iba huyendo de Absalón tu hermano", 1 Reyes 2.6, 7. Mientras David vivía, y aun en su postrimería, él se acordaba de Barzilai. Por grato que haya sido el donativo traído por Sobi, Maquir y Barzilai, más aun fue la lealtad y el afecto que lo motivaron.
Los honores reservados para los hijos del anciano galaadita apuntan a lo que está reservado para nosotros. Dios no es injusto para olvidar nuestra obra de amor, si la hemos hecho con miras a la honra del nombre suyo.


Serie: Mandamiento Bíblico

Estos son los animales que comeréis,   no comeréis éstos:”, v. 2-3. Levítico 11. 1-8, 43-47; 1 Timoteo 4, 3-4. Leer. En Levítico 11 tene...