Personajes del Antiguo Testamento. N° 24.
Héctor Alves, 1896-1978.
Parte de una serie publicada mayormente
en los años 1970 en la revista Truth & Tidings
Parte de una serie publicada mayormente
en los años 1970 en la revista Truth & Tidings
Abisai, el principal entre tres
Abisai, sobrino de
David, era hermano de Joab y Asael. Joab era general del ejército y Asael
"fue de los treinta". Estos tres hermanos se dedicaron a la causa de
David y se caracterizaban por gran celo en su lealtad a él.
Gracias a un acto de
valor, Joab ascendió a la posición que tenía, pero es evidente que Abisai era
más dedicado a David que lo era Joab. Él compartió el destierro con David, cosa
que Joab no hizo, y estaba siempre cerca de él en momentos críticos. Sus
hazañas incluyeron acompañar a David solo de noche en el campamento de Saúl, 1
Samuel 25.5 al 9; la matanza de trescientos filisteos; el rescate de David del
gigante Isbi-benod, 21.16,17; y la derrota de los edomitas, 1 Crónicas 18.12.
Si bien Abisai no
tenía la relevancia que disfrutaba su hermano, se ve que era el más honorable
de los dos. Con todo y ser general, el nombre de Joab no está incluido en las
listas de los notables, mientras que Abisai está entre los primeros.
Sus manos no estaban
manchadas de la sangre de gente inocente, pero las de Joab más de una vez. No
lo encontramos promocionándose a sí mismo. Su nombre, encontrado veinticuatro
veces en los Libros de Samuel y Crónicas, quiere decir "padre de
dones", "bondadoso", o también "fuente de riqueza". Él
cumplió con estos apelativos.
La primera mención de Abisai es una clave al resto de su
vida. "Dijo David ... ¿Quién descenderá conmigo a Saúl en el campamento? Y
dijo Abisai: Yo descenderé contigo",
1 Samuel 26.6. David estaba siendo cazado como una perdiz por los montes, y Saúl estaba dormido en su campamento. Acercándose al rey rendido en sueño, Abisai dijo, "Hoy ha entregado Dios a tu enemigo en tu mano", pero David respondió, "No lo mates".
1 Samuel 26.6. David estaba siendo cazado como una perdiz por los montes, y Saúl estaba dormido en su campamento. Acercándose al rey rendido en sueño, Abisai dijo, "Hoy ha entregado Dios a tu enemigo en tu mano", pero David respondió, "No lo mates".
Ameritan atención las
palabras de cada cual. ¿Quién irá? Yo. Abisai era valiente y devoto; su
bienestar personal no entró en consideración. David hablaba de descender, no de
ascender, y Abisai lo sabía, pero su descenso resultaría en su ascenso.
Ahora 2 Samuel 23.18:
"Este alzó lanza contra trescientos [filisteos], a quienes mató ... Era el
más renombrado de los treinta ..." No tuvo que tramar mal contra otros, al
estilo de Joab, para ser reconocido; Dios le promovió.
Una vez terminada la
enemistad generalizada contra David y coronado él rey sobre todo Israel, Abisai
gozó de prestigio en el reino. Nos hace recordar que "si sufrimos, también
reinaremos con él", 2 Timoteo 2.12. Abisai había sufrido con David. Nunca
pidió ascenso y más adelante estaba dispuesto a ocupar un lugar secundario
cuando su hermano era el general. En el 10.9 leemos de una guerra contra los
sirios y los amonitas. Al ver que tenía el enemigo delante y atrás, Joab
desplegó los escogidos del ejército bajo su propio mando y entregó el resto en
manos de Abisai. Este aceptó aquello sin quejarse, y Dios lo honró; los
amonitas huyeron delante de él y se refugiaron en la ciudad.
En nuestros tiempos
hay aquellos que servirían con gusto si se les diera el primer lugar, pero no
hay tantos que trabajan de muy buena gana cuando tienen una asignación
secundaria. En la asamblea debe ser asunto de comunión, sirviendo juntos con
Dios sin codiciar el liderazgo. El amo en Marcos 13.34 dio a cada uno su obra,
y los soldados de Gedeón en Jueces 7 "estuvieron firmes cada uno en su
puesto".
Abisai estaba
dedicado a David en su rechazamiento y siguió fiel a él cuando llegó a ser rey.
Luego surgió la rebelión de Absalón, cuando de nuevo Abisai se identificó con
David. Un hombre llamado Simei se presentó repentinamente cuando David huía de
Jerusalén y llovió maldiciones sobre él. Abisai estaba junto al rey, y esto fue
más de lo que podía tolerar. "¿Por qué maldice este perro muerto a mi
Señor?" protestó Abisai. "Le quitaré la cabeza". ¡Pero David no
lo quería! Abisai quiso hacer lo que creía procedente, pero fue demasiado
impulsivo. Los hombres buenos no siempre son hombres sabios.
Se sometió a la
voluntad del rey pero no estuvo de acuerdo. Tenía este abuso en su mente aun
cuando David volvió en paz. "¿No ha de morir por esto Simei, que maldijo
al ungido de Jehová?"
Este buen hombre
desapareció poco después. Nada sabemos de su fin, pero podemos estar seguros de
que no fue innoble, como lo fue el de su hermano Joab, quien fue muerto junto
al altar.
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