Dios
sigue teniendo la razón
René Malgo
Es notable observar en qué momento
fueron encontrados los rollos de las Escrituras en Qumrán. Como el comunicador
científico Alexander Schick me contó, un profesor judío compró los primeros
rollos el 29 de noviembre de 1947, el día en que la ONU votó la fundación del
Estado judío. ¡No puede haber mayor simbolismo!
Los hallazgos en Qumrán demuestran la
fidelidad de la transmisión del Antiguo Testamento. Además, nos recuerdan el
hecho de que Dios no desechó para siempre a Su pueblo Israel, como sostienen
algunos teólogos cristianos. Las promesas de los profetas judíos siguen siendo
válidas, como, por ejemplo, las palabras que Dios dijo por boca del profeta
Jeremías:
“Así ha dicho Jehová, que da el sol
para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche,
que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre: si
faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de
Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente” (Jer. 31:35-36).
De la misma forma en que es imposible
destruir al sol, la luna y las estrellas, es imposible destruir al pueblo de
Israel. Lo dice el Dios del Antiguo y del Nuevo Testamento. Y los rollos de
Qumrán, encontrados cerca del mar Muerto, confirman visiblemente, y ante el
mundo entero, que Él y Sus testimonios son muy fidedignos.
Gerald Bray, teólogo e historiador
anglicano, contó a sus estudiantes que gracias a la arqueología muchos teólogos
volvieron a una posición más conservadora, al constatar que los hallazgos
arqueológicos coincidían exactamente con los relatos bíblicos. Dios ha tenido
la razón, Dios sigue teniendo la razón y Dios siempre tendrá la razón.
Por eso, los hallazgos de Qumrán
también nos muestran que las profecías bíblicas sobre el tiempo final son
fidedignas. De la misma forma en que es cierto que el Señor Jesucristo, que
vino a la tierra hace 2,000 años, es el Mesías a quien se esperaba en el
Antiguo Testamento y es Dios, también es cierto que este Señor volverá,
exactamente como Él lo prometió.
En el último libro de la Biblia, el
Apocalipsis, Dios el Señor dice que hará todo nuevo, no solamente para Israel,
sino para el mundo entero, es decir, para todos los que creen en el Mesías
Jesús (comp. Apocalipsis 21:5,7; 5:5,6,9; 7:4-12). Dios promete que hará un
nuevo cielo y una nueva tierra, donde Él morará para siempre con los hombres y
los iluminará, y donde Sus siervos reinarán por los siglos de los siglos
(Apocalipsis 21:1,3; 22:5). Y dos veces, al final del libro, se destaca esta
expresión, una vez por boca de Dios el Padre y otra vez por boca de un ángel: “Estas
palabras son fieles y verdaderas” (Ap. 21:5; 22:6).
Lo que Dios promete, también lo hará. “Palabras
fieles y verdaderas”: hoy el mundo está revuelto y totalmente
descontrolado. Crecen otra vez la hostilidad frente a Israel, y los
hostigamientos y las persecuciones contra los cristianos, el islamismo militante
se despliega cada vez más, y la inestabilidad política del Occidente va en
aumento… Sin embargo, al final de todas las cosas, habrá una nueva creación.
Al final de todas las cosas, Dios
vencerá. Al final de todas las cosas, Satanás será aplastado. Pablo dice, incluso,
que el Dios de paz lo aplastará en breve bajo nuestros pies (comp. Romanos
16:20). ¡El tiempo está cerca! “Ciertamente vengo en breve”, dice
nuestro Señor en Apocalipsis 22:20. También estas palabras son “fieles y
verdaderas”. Él vendrá, “y con él todos los santos”. Entonces Él “será
rey sobre
toda la tierra” (Zac. 14:5.9). ¡Maranata, nuestro
Señor viene!
Tomado de la revista
Llamada de Medianoche
Octubre 2018.
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