miércoles, 24 de enero de 2018

Jacob en Beerseba

Personajes del Antiguo Testamento.        N° 14.

Héctor Alves, 1896-1978.
Parte de una serie publicada mayormente
 en los años 1970 en la revista Truth & Tidings

Jacob en Beerseba

La supuesta muerte de su hijo predilecto fue un golpe severo para Jacob; las noticias traídas por los otros hijos hicieron saber la profundidad de su amor para José. Vamos a pasar por encima de los años de silencio en la vida de este hombre y llegar de una vez al día que recibió las buenas nuevas de Egipto y exclamó: "José mi hijo vive; iré, y le veré antes que yo muera", 45.28.
Esta sola cosa ocupaba su mente: "le veré". Parece que su juventud fue renovada ante esa expectativa. Notamos el afecto encerrado en las palabras "mi hijo". Sin embargo, Dios tenía en mente para Jacob algo más que simplemente ver a su hijo.
El primer versículo del próximo capítulo cuenta que "Israel" procedió a Beerseba y ofreció sacrificios al Dios de su padre. Posiblemente allí dio gracias a Dios por la grata noticia que le había llegado. Abraham había plantado un árbol en este lugar e invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno, 21.33. Isaac levantó un altar en Beerseba y él también invocó el nombre de Jehová, 26.25, 26. Ahora Jacob hace lo mismo y recibe renovada confianza acerca de ir a Egipto que le fue prometida cuando iba rumbo a Padan-aram.
"Israel" viajó, pero la palabra de lo alto fue: "Jacob, Jacob, no temas … yo descenderé contigo". Y fue con los suyos a Egipto.

Jacob en Egipto

Ahora nuestro protagonista tiene 130 años. Había vivido 77 en la casa de su padre, 20 en Padan-aram, 33 en Canaán de nuevo, y va a estar en Egipto por 17, para un total de 147 años.
José le presentó a su padre a Faraón, un príncipe con Dios llega a conocer a un príncipe de Egipto. De una vez Faraón le pregunta su edad, 47.8, y recibe la respuesta: "Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación".
El patriarca reconoció que su vida no había sido todo lo que ha podido ser. No hay en su respuesta una insinuación de falta de gratitud a Dios, sino que los fracasos estaban echando una sombra sobre su vejez. Los recuerdos le impulsaron a decir: "pocos y malos". Una vida larga era una de las bendiciones que Dios otorgaba a sus hijos terrenales.
José había vivido 17 años en casa de su padre, y ahora el padre va a vivir 17 con el hijo. Tenemos aquí un ejemplo del cuidado de los padres ancianos de parte de los hijos, cosa que no siempre se observa ahora. Es un hermoso atardecer a la larga vida de Jacob; sus canas no descendieron al sepulcro con dolor, como él temía en el 42.38.
Las postreras palabras a sus hijos no fueron todas de bendición. La visión del futuro y lo invisible se aclara cuando uno está acercándose al final de la peregrinación. Este hombre estaba persuadido que iba a morir en Egipto, y su postrimería fue pacífica. Hizo arreglos para su funeral, instruyendo a sus hijos a sepultar sus restos en Macpela.
Una sana iniciativa en este sentido, hasta un punto prudencial, evita incertidumbre y problemas innecesarios para los dolientes. Jacob no vio el cumplimiento de todo lo que Dios había prometido, pero actuó por fe al bendecir algunos de sus nietos, apoyándose sobre el extremo de su bordón, Hebreos 11.21.
***
Hemos seguido a Jacob desde la casa de su padre en Luz a Padan-aram, Jaboc, Siquem, Canaán, Beerseba y hasta Egipto. Hemos sabido que su carrera fue una de reveses, confianza en la carne, restauración y paz al final. Hemos conocido a Jacob como un suplantador y como Israel con poder con Dios y los hombres. Le hemos visto en la escuela de Dios, y nos ha llamado la atención su disposición a ceder, su obediencia y sus triunfos.
Leemos que Dios le dijo: "No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel", 32.28, pero con todo encontramos la frase "el Dios de Jacob" más frecuentemente que "el Dios de Israel". Bien exclamó el escritor del Salmo 46: "Nuestro refugio es el Dios de Jacob".

Concluido.

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