En paz
me acostaré…
Por: Jessica de Flores
En estos días en
que la inseguridad predomina en todo este mundo, cuando las personas deben
tener sus casas amuralladas, electrificadas y con vigilancia; cuando hay personas
dispuestas a hacer daño a otros hasta por la cosa mas insignificante…, cuando
el lema principal de las personas es “ya no se puede confiar en nadie ni en
nada”, los creyentes en muchas ocasiones nos sentimos igualmente temerosos
pensando cuándo nos vendrá algo malo.
En efecto,
muchas veces nos toca pasar tragos realmente amargos, pero, ¿se ha puesto a
pensar usted qué nos dice Dios al respecto?, ¿será que debemos enfrentar solos
esta horrible situación que nos aqueja?,
Cómo creyentes,
¿cuál debe ser nuestra actitud ante esta zozobra y temor que el mundo ejerce?
Veamos lo que
nos dice el Salmo 4:8, “En paz me acostaré y asimismo dormiré; porque solo
tú, Jehová, me haces vivir confiado”. Cuando leo este versículo siento que
mis hombros se desmoronan y que mi afán no tiene sentido, pues me doy
cuenta que por más que hagamos y que nos esforcemos, solo Dios puede dar
paz y tranquilidad a nuestras almas en momentos difíciles.
Muchas veces
pecamos preocupándonos en extremo por nuestros temores y pensando que nuestras
vidas están en manos de otras personas, y nos olvidamos que Dios tiene cuidado
de sus hijos y, que por más oscuro que parezca nuestro camino El siempre va a
estar a nuestro lado.
Aunque nos haga
pasar por momentos difíciles, nunca nos abandona.
Solo necesitamos
creer en sus promesas y confiar en ellas (suena fácil, ¿verdad?). Hermanas,
esto es algo realmente necesario si queremos vivir confiadas y seguras; debemos
esforzarnos en aprender a confiar en las promesas que Dios nos ha dado, recordando
siempre que El es fiel y NUNCA faltará a una promesa que haya hecho.
Hermanas, yo las
animo a que nos interesemos más en conocer todas aquellas preciosas promesas
que nuestro Seños nos ha dejado y a que nos esforcemos en aprender a confiar en
ellas sin dudar ni por un momento. Si hacemos esto, veremos el buen fin de Dios
para nosotras, como nos dice Romanos 8:28.
Tomado
de la revista Virtuosa.
Marzo
2010.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario