Para motivarnos ...
"¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?" (Gen. 4.9) ¡Claro
que sí! "No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también
por lo de los otros" (Fil. 2.4). ¿Quién necesita ayuda con su carga, problema
o dificultad? (Gál. 6.2) ¡Dale una mano a tu hermano! ¿Habrá en mí espíritu
farisaico que ve las cargas pesadas y difíciles que llevan otros y "ni con
un dedo" quiero moverlas? (Mt. 23.4). O, ¿me empeñaré este año a ser como
el samaritano que invirtió tiempo, gastó sus propios recursos y se desvió del
camino en que iba, todo esto con el afán de ayudar a otro? Pablo, con tristeza
vio como en su día habían creyentes que buscaban lo suyo propio, pero notó el
contraste de como Timoteo "tan sinceramente" (Fil. 2:20) se interesó
en los filipenses.
Estaba por empezar una carrera de atletismo en Barcelona, España.
Aunque Derek Redmond se había visto muy afectado por lesiones por mucho tiempo,
en esta noche del 3 de Agosto de 1992, se sentía bastante fuerte como para
ganar la competencia. Al escucharse el disparo, los ocho competidores salieron
con ímpetu hacia la meta. Redmond arrancó bien en la posición número 5, pero
casi inmediatamente cayó a la pista, retorciéndose de dolor. Había sufrido un
grave desgarre muscular.
Mientras los demás competidores llegaban a la meta, los ojos de
todos voltearon a ver al corredor que yacía en la pista. Mientras el atleta
herido trataba desesperadamente de levantarse para seguir corriendo, de repente
apareció un hombre a su lado. Era el papá de Redmond quien, con horror, había
visto desde la tribuna lo que le había sucedido a su hijo. Se movió rápidamente
entre la multitud en las gradas y llegó a donde estaba su hijo necesitado de un
hombro en donde apoyarse para cojear agonizantemente hasta la meta. Juntos
lograron llegar a la meta, consumando así uno de los finales más gloriosos en
la historia de los Juegos Olímpicos.
¿Quién
necesita mi hombro hoy? O, ¿predicaré Juan 3:16 sin practicar 1 Juan 3:16?
Una
meditación ...
Dos vasijas de barro: ¿Cuál soy yo?
1.
Jeremías 18:4 - Una vasija reparable
"Y la vasija de barro que él hacía se echó
a perder en su mano;
y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció
mejor hacerla."
a.
Material defectuoso: seguridad en la mano del Señor
b.
Material dócil: sensible al molde del Señor
2.
Jeremías 19:10 y 11 - Una vasija irreparable
"Entonces quebrarás la vasija ante los ojos
de los varones que van contigo, y les dirás: Así ha dicho Jehová de los
ejércitos: Así quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra
una vasija de barro, que no se puede restaurar más.
a.
Material defectuoso: desobediencia al Señor
b.
Material duro: disciplina del Señor.
¿Siempre seré el creyente que soy hoy
(duro como el barro cocido)? O, ¿permitiré que el Señor me transforme (blando
como el barro maleable)?
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios,
que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios,
que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos
por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál
sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:1,2.
Tomado del Mensajero Mexicano
Febrero 2006
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