martes, 8 de mayo de 2018

Filipenses 3:1-21


Filipenses 3:1-12  EXHORTACIÓN EN TÉRMINOS CONTABLES

Esta exhortación del apóstol Pablo tiene tres partes:
1. Advertencia solemne (vs. 1-3).
Debemos guardarnos “de los perros” (gentiles) que aman la inmundicia, “de los malos obreros” con su insinceridad y “de los mutiladores del cuerpo” con su insistencia en la circuncisión (Gá. 6:13), mezclando la ley con la gracia y menospreciando la cruz.
2. Autobiografía sincera (vs. 4-7).
Aquí tenemos el “currículum vitae” del apóstol que es impresionante, pero al final de él escribe: “pérdida por amor de Cristo” (v. 7).
3. Ambición sana (vs. 8-12).
Pablo quería ganar a Cristo, ser hallado en él, conocerle, ser semejante a él. Escribe esto porque quiere que sus ambiciones también sean nuestras. ¿Qué ambicionamos? ¿Cuánto tiempo hemos invertido este año para lograr cosas que Pablo considera como pérdida? ¿Cuánto, para lograr lo que encontramos en los versículos 8-11? Los términos contables son muy evidentes en el pasaje. Hay siete cosas en las que confiaba como hombre en la carne, pero las pasa a la columna de pérdidas. La ganancia está en tener justicia, no la propia, ni la que es por la ley, sino la “que es de Dios por la fe” (v. 9).

   Filipenses 3:13-21  EXHORTACIÓN EN TÉRMINOS DEPORTIVOS

Otra vez tenemos la exhortación a unanimidad en el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús, pero hay un cambio en la mente de Pablo. La exhortación es la misma, pero la figura es otra. Salimos del bufete contable para ir al campo deportivo, a la pista de carreras. En vez de balance entre pérdidas y ganancias vemos el esfuerzo del atleta que estira sus músculos y hace acopio de toda su fuerza para triunfar.
Aprendamos algo de la concentración que exige el deporte. El que corre en una carrera tiene que decir como Pablo: “Una cosa hago... prosigo a la meta”. El que participa en una carrera, mientras corre, no debe hacer más que correr. No conversa con sus rivales ni con el público, no compra ni vende algo. Tiene una sola preocupación: llegar a la meta.
En el contexto de lo que es eterno, ¿tengo demasiadas metas? ¿Por querer hacer muchas cosas no hago ni “una cosa” bien? Dios nos llama a ser perfectos (v. 15; comp. v. 12), que aquí significa madurez, sentir lo mismo que Pablo (vs. 15,16), pero sobre todo, lo mismo que Cristo sintió (2:5-8). También significa andar como ciudadano del cielo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Serie: Mandamiento Bíblico

Estos son los animales que comeréis,   no comeréis éstos:”, v. 2-3. Levítico 11. 1-8, 43-47; 1 Timoteo 4, 3-4. Leer. En Levítico 11 tene...