domingo, 20 de mayo de 2018

INTRODUCCIÓN AL LIBRO LAMENTACIONES DE JEREMÍAS.


INTRODUCCIÓN AL LIBRO LAMENTACIONES DE JEREMÍAS.
Este libro consiste de cinco poemas escritos en forma de acróstico. El alfabeto hebreo tiene 22 letras y por eso los capítulos 1, 2, 4, 5 tienen ese número de versículos. El capítulo central, el 3, tiene 66 versículos, porque cada letra se repite tres veces.
En la estructura del libro hay otro detalle que vemos con frecuencia en la poesía hebrea: hay un paralelismo invertido que es evidente en el siguiente bosquejo:

Tanto en el título del libro como en su contenido, se nota que ésta no es poesía que registra gozo y alegría; no habla de victorias ni describe la hermosura de la creación. Al contrario, registra una máxima expresión de dolor ante las ruinas de Jerusalén, ciudad que, por su pecado y olvido de Dios, había sido derrotada, saqueada y quemada por Nabucodonosor, quien llevó cautivo a lo más selecto del pueblo a Babilonia, la capital de su reino.
¿Qué podemos aprender de estos lamentos?
Ante todo, vemos la necesidad que tenemos de un Consolador, necesidad que puede suplir el “Dios de toda consolación” (2 Co. 1:3), que nos ha prometido un Consolador que estará con nosotros “para siempre” (Jn. 14:16).
Como toda Escritura, este libro nos habla de Cristo. Cuando él estaba en este mundo muchos creyeron que era Jeremías (Mt. 16:14Mr. 6:15). Muchas frases en este libro tienen su interpretación más profunda si las aplicamos reverentemente a las agonías de nuestro Salvador, el “varón de dolores, experimentado en quebranto” (Is. 53:3).
Al leer este libro demos gracias a Dios que conocemos al que vino a “consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sión se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado” (Is. 61:2,3).

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